domingo, 18 de abril de 2021

MUJERES LIBRES Y FEMINISMO-

la colmena obrera en memoria de juan peiró miembro de la c.n.t.-a.i.t f. a.i.y de todos los asesinados por el fascismo españolista..Emma Goldman: una mujer vital, una mujer fuerte, apasionada, no feminista sino anarquista, una mujer adelantada a su tiempo. Quizá por esto fue tan mal interpretada por hombres pero sobretodo, por las mismas mujeres. Emma fue una mujer que lucho arduamente contra las diferentes formas de explotación y fue malinterpretada por las mujeres de su tiempo y considerada por las elites corruptas: “La mujer más peligrosa del mundo” pero, ¿Por qué? Que pintoresco que en el libro “Feminismo y anarquismo” quien realice el prólogo, sea justamente una mujer reformista, haciendo su mejor esfuerzo por comprender la lucha de una mujer anarquista en todos los ámbitos de su vida, pero bueno, sigamos. Emma no era feminista, era una mujer anarquista. Era una mujer anarquista porque cuestiono todo, sabe que el movimiento sufragista cree conseguir su emancipación con la conquista del voto, sugiere que el derecho existe pero no es lo que le va a liberar a las mujeres. El voto solo beneficiaría a las mujeres de determinada clase burguesa pero no a las obreras, aquellas que se pudrían en fábricas con dobles jornadas o aquellas que debían salir de la casa, porque solo con un sueldo (el del esposo) era insuficiente para sostener el “hogar” También recordemos, que por muchas situaciones las posibilidades de encontrar empleo para las mujeres eran casi nulas. Evidentemente, Emma se niega rotundamente, a verse representada, por un feminismo burgués e institucionalizado. Lo que supone su mala relación con las feministas de aquel entonces. Emma no entiende por qué las feministas en su gran mayoría, condenan la sexualidad de la mujer, el sano disfrute femenino y su relación vital con el hombre y esto termina siendo una visión puritana, tal cual como lo evidencia en su libro “La hipocresía del Puritanismo y otros ensayos” y en tráfico de mujeres y otros ensayos sobre feminismo.” Emma está a favor del amor libre, en contra de toda opresión como por ejemplo: el matrimonio, lo concibe como una variante de la prostitución, recordemos algo y esto compañeros /as es un ejercicio que pueden realizar la gran mayoría, recordemos que por mucho tiempo, el matrimonio ha significado para muchas mujeres una forma de liberarse del yugo de su hogar para cambiarlo por otro, puede que arda pero, para muchas de las mujeres que ustedes conocen y a consecuencia de diversos factores, solo había tres salidas para las mujeres: el matrimonio, la prostitución y el convento. Por tal razón, Emma va mucho más allá luchando por la abolición del matrimonio y la prostitución. También sugiere que las feministas deben olvidar esa vaga idea de que solo las mujeres casadas merecen adjetivos positivos y que las mujeres que no lo están o son prostitutas, son malas. A raíz de varios impases con algunas feministas de su tiempo, Emma se encuentra un poco más cómoda entre sus compañeros hombres y cabe decir que tuvo contacto con muchísimos, eso lo pueden evidenciar los que se hayan leído la biografía de ella: “Viviendo mi vida” es extensa, pero realmente vale la pena leerla, también llego a tener contacto con mujeres libres en sus viajes a España donde conoce a Federica Montseny ambas con visiones en algunos aspectos, muy diferentes pero de eso no hablare acá porque es otro tema, lo cierto es que en cuanto al feminismo, coincidían en muchos puntos como por ejemplo: que ninguna de las dos, se autoproclamó feminista. Eran mujeres con un nivel intelectual vasto. Emma continua su crítica a las mujeres por ser ellas en gran parte, las que sostienen la guerra, porque creen que enviar a un hijo al servicio militar es un orgullo, porque es ella también la que sostiene la iglesia por su devoción sin darse cuenta que todo esto hace parte de la ideología de Estado y son una creación patriarcal que data desde hace muchísimo tiempo. A las “feministas” se les olvidaba algo: la guerra la sufren todos, las mujeres doblemente explotadas, los hombres, los ancianos, los niños, y todo trabaja como un engranaje letal, el capitalismo afecta, altera los ecosistemas, altera todo, su impacto es totalmente destructor. El capitalismo azota el cuerpo de la mujer, las manos del obrero, la vejez de los abuelos, nuestros recursos naturales y el hogar de muchas especies de animales no humanos. Señoras y señores, esta guerra la sufrimos todos/as. Aquí vemos como se condensa, en gran parte, la lucha de esta grandiosa mujer. Quien cuestiona de igual forma la maternidad expresando: “que no es un don de la mujer” puesto que ser madre era algo que se había impuesto como sustento del pensamiento Estatal, porque para el Estado termina siendo rentable y le conviene los cuidados y reproducción para la fuerza de trabajo que no es más que explotación, recordemos que Emma tenia conocimientos sobre enfermería, sabia a lo que eran expuestas algunas mujeres que no estaban preparadas para ser madres o que simplemente, no querían. Emma es enfática en este tema al punto de recorrer varios lugares dando mítines, habla sobre los diversos factores que oprimen a hombres y mujeres y recalca que es finalmente la mujer la quede decidir cuantos hijos quiere tener y con quien o si los quiere tener. Emma deja claro, incluso en sus viajes a España entre otros y en “mujeres libres” que estaba luchando por la emancipación de la mujer obrera, esa que estaba más vulnerable, que tenía condiciones de vida paupérrimas, es consciente de la opresión que sufre la sociedad y sobretodo la mujer que tenía encima de su espalda el peso de ser triplemente esclavizada. Es clara al decir que el “feminismo” deja de ser cuando se institucionaliza, cuando si de hablar de feminismo se tratase, ese debe ser autónomo, autocritico y sugiere algo bello: “Cada mujer debe conocer su pasado.” En cuanto a su lucha por los trabajadores, es siempre firme en que se debe ser implacable con toda clase de reformismo rancio, y que como hombres, mujeres que desean llegar al anarquismo, se deben de alejar rotundamente de cualquier idea de dominación, tener claro que donde se quiera gestar un Estado nosotros nada tenemos que hacer ahí, excepto abolirlo. Ciertamente, me atrevo a decir que la idea de feminismo que han proyectado durante las tres oleadas tiene enormes vacíos, es incoherente y cada vez nos aleja como mujeres de la verdadera liberación, por eso Emma sugería que: “Ahora la mujer se ve en la necesidad de emanciparse del movimiento emancipacionista si desea hallarse verdaderamente libre.” y yo estoy de acuerdo, ¿Qué sentido tiene pactar con quien te reprime, te explota? ¿Qué sentido tiene, luchar por erradicar una forma de opresión cuando nos sigue pegando la bota del policía, la fuerza de las bayonetas, el monopolio del poder político, los nacionalismos, el desastroso impacto del capitalismo, el clero, toda la estructura patriarcal que no termina con la “adquisición de derechos” que va más allá de problemas de estética. Es claro, que necesitamos siempre, visibilizar que evidentemente, es la mujer quien más está sometida al abuso en sus diferentes formas, y como mujer, natural es mi dolor por aquellas que padecen los horrores de la ignorancia, de los prejuicios, la violencia. Hay quienes se olvidan que hay mujeres, niñas que padecen abusos terribles aun en nuestros tiempos y pocos son los compañeros y compañeras que se atreven a hablarlo, en otros países, la mujer apenas viene valiendo menos que un insecto. Pero esto es una parte del oprobioso problema, por ende, la otra parte, es la revolución social, donde los explotados, también sean liberados de su yugo, ¿Acaso no es esa nuestra pretensión? ¿La libertad de todos los oprimidos? Ciertamente hay quienes no comprenden que la prostitución es otra forma de abuso, de explotación, si no, por qué no comparan las estadísticas, el porcentaje de mujeres que la ejercen por obligación es mayor que las que lo hacen, como dicen algunos, por gusto. Todas las formas de opresión además de hacerle el juego al capitalismo, siguen enriqueciendo las diversas mafias, la trata de personas, el negocio de la guerra. Ahora bien, las mujeres de aquel entonces, aquellas feministas burguesas, algunas, marginaban a las prostitutas, cuando estas también eran víctimas de la opresión patriarcal. ¿Acaso no entienden? llámense cualquiera que sea el trabajo, algunos no pueden romper su contrato porque hay deudas, hay familia, y en cuanto a las prostitutas, muchas, no lo pueden romper por amenazas, hijos, es algo de lo que tristemente, no logran salir muchas. El negocio de la prostitución, las armas, las drogas, la guerra, la religión, todo ello condesado dentro de la ideología de Estado es nuestro mayor enemigo y ahí donde debemos organizarnos porque son aquellos nuestros verdugos. Todo esto, hace a Goldman una mujer con alto sentido ético de la revolución. La hace una mujer coherente, anarquista en todo el sentido de la palabra. Ciertamente, si no sabemos contra que luchamos, para que gestar falsas luchas que solo terminan siendo golpecitos cínicos de democracia, de reformismo. Si no intentamos ser coherentes, ¿de que sirve? Para ellos el fin es el poder, la patria, la producción con sangre, sudor, el ruido fascista, el filo de las bayonetas, ¿de qué sirve luchar para legalizar la explotación de unos a costa de la explotación, de la esclavitud de otros? ¿En dónde está nuestra coherencia? Sépanlo bien, si los compañeros, se centran en pugnas de poder con las compañeras y viceversa, su enfoque estará cada vez más lejos de alcanzar la organización que se necesita para abolir nuestra explotación. Emma no era feminista, era anarquista, el feminismo originario tiene sus pinceladas de reformismo, le ha hecho el juego al fascismo. Las mujeres en el anarquismo, lucharon por erradicar todas las formas oprobiosas de esclavitud y Goldman es su mejor referente y porque su lucha no se reduce solo a la cuestión de la mujer, ella es consciente de que la mujer es doblemente explotada, pero su lucha se distanciaba de todo tinte reformista, de hacerle venía a los bandidos, a los dictadores, de pactar con tiranos, es que se distancia de ciertos movimientos feministas. Ahí es donde se gestan los errores del llamado “feminismo” en el anarquismo. Emma va más allá lo que la hace una verdadera mujer anarquista, lo que hace que comprendamos la verdadera lucha del anarquismo y el porqué, Emma no se llamó feminista, aunque sus acciones para muchos la hicieran llamar de ese modo. Sin duda alguna, Goldman no podía representar algo diferente a una amenaza para los tiranos, sus palabras, sus acciones, su legado es el torrente que debemos llevar para desbordar los bríos, la esperanza, la organización. Para empuñar el pensamiento, los hechos, continuar acercándonos al nuevo mundo que llevamos por dentro y que debe seguir creciendo a cada instante. -Luciana Malato-