sábado, 25 de abril de 2020

LA CONSTRUCCIÓN DE LA .REVOLUCIÓN.RESUMEN DEL IV CONGRESO DE LA CNT-AIT

miércoles, 22 de abril de 2020 La construcción de la Revolución. Resumen del IV Congreso de CNT-AIT. En el IV Congreso de la CNT-AIT, celebrado en mayo de 1936, la clase obrera organizada en la Península Ibérica ya definía claramente y sin titubeos su horizonte. Cerca ya del estallido Revolucionario más importante en la historia de España, y cerca también de la guerra fratricida que teñiría de sangre nuestros pueblos y campos, la clase trabajadora empezaba ya a tomar las riendas de su vida y de su futuro. En una sociedad en la que la situación del pueblo trabajador era especialmente dura, la CNT-AIT se preguntaba continuamente cómo poder dar respuesta a las necesidades de esa sociedad castigada sin perder nunca el rumbo hacia la Revolución Social. Ahora, en 2020, y con una clase trabajadora que poco ha mejorado en su situación de explotación, no está de más recordar cómo nuestras compañeras y compañeros organizaron hace un siglo la construcción de ese nuevo mundo por el que tanto lucharon. Este resumen del IV congreso de la CNT-AIT ilustra con detalle cómo el Ideal Anarquista persigue la plena realización del ser humano como individuo y como ser social, siempre desde la igualdad, el respeto, la solidaridad y el apoyo mutuo. CONCEPTO CONSTRUCTIVO DE LA REVOLUCIÓN 1º Dar a cada ser humano lo que exijan sus necesidades, sin que en la satisfacción de las mismas tenga otras limitaciones que las impuestas por las posibilidades de la economía. 2º Solicitar de cada ser humano la aportación máxima de sus esfuerzos a tenor de las necesidades de la sociedad, teniendo en cuenta las condiciones físicas y morales de cada individuo. ORGANIZACIÓN DE LA NUEVA SOCIEDAD DESPUÉS DEL HECHO REVOLUCIONARIO. LAS PRIMERAS MEDIDAS DE LA REVOLUCIÓN Se declaran abolidos: la propiedad privada, el Estado, el principio de autoridad y, por consiguiente, las clases que dividen al ser humano en explotadores/ras y explotad@s, oprimid@s y opresores/ras. Socializada la riqueza, las organizaciones de los productores y las productoras ya libres, se encargarán de la administración directa de la producción y del consumo. Establecida en cada localidad la Comuna Libertaria, pondremos en marcha el nuevo mecanismo social. Los productores y las productoras de cada ramo u oficio, reunidos y reunidas en sus Sindicatos y en los lugares de trabajo, determinarán libremente la forma en que éste ha de ser organizado. La Comuna Libre se incautará de cuanto antes detentaba la burguesía, tal como víveres, ropas, materias primas, herramientas de trabajo, etc. Estos útiles de trabajo y materias primas deberán pasar a disposición de los productores y las productoras para que éstos los administren directamente en beneficio de la colectividad. En primer término las Comunas cuidarán de alojar con el máximo de comodidades a todos los habitantes de cada localidad, asegurando asistencia a los enfermos y educación a los niñ@s. Todas las personas se aprestaran a cumplir el deber voluntario - que se convertirá en verdadero derecho cuando el ser humano trabaje libre- de prestar su concurso a la colectividad, en relación con sus fuerzas y sus capacidades, y la Comuna cumplirá la obligación de cubrir sus necesidades. Desde luego, es preciso crear ya, desde ahora, la idea de que los primeros tiempos de la revolución no resultarán fáciles y de que será preciso que cada ser humano aporte el máximo de esfuerzos y consuma solamente lo que permitan las posibilidades de la producción. Todo período constructivo exige sacrificio y aceptación individual y colectiva y a no crear dificultades a la obra reconstructora de la sociedad que de común acuerdo todos realizaremos. PLAN DE ORGANIZACIÓN DE LOS PRODUCTORES El Plan económico de organización, en cuantas manifestaciones tenga la producción nacional, se ajustará a los más estrictos principios de economía social, administrados directamente por los productores y las productoras a través de sus diversos órganos de producción, designados en asambleas generales de las variadas organizaciones y por ellas controlados en todo momento. Como base (en el lugar de trabajo, en el Sindicato, en la Comuna, en todos los órganos reguladores de la nueva sociedad), el productor y la productora, el individuo como célula, como piedra angular de todas las creaciones sociales, económicas y morales. Como órgano de relación dentro de la Comuna y en el lugar de trabajo, el Consejo de taller y de fábrica, pactando con los demás centros de trabajo. Como órgano de relación de Sindicato a Sindicato (asociación de productores), los Consejos de Estadística y de Producción, que se seguirán federando entre sí hasta formar una red de relación constante y estrecha entre todos los productores de la Confederación Ibérica. En el campo: Como base, el productor en la Comuna, que usufructuaría todas las riquezas naturales de una demarcación política y geográfica. Como órgano de relación, el Consejo de Cultivo, del que formarán parte elementos técnicos y trabajadores y trabajadoras integrantes de las asociaciones de productores y productoras agrícolas, encargados y encargadas de orientar la intensificación de la producción, señalando las tierras más apropiadas a la misma, según su composición química. Estos Consejos de Cultivo establecerán la misma red de relaciones que los Consejos de Taller, de Fábrica y de Producción y Estadística, complementando la libre federación que representa la Comuna como demarcación política y subdivisión geográfica. Tanto las Asociaciones de productores industriales como las Asociaciones de productores agrícolas se federarán nacionalmente -mientras sea únicamente en un país que haya realizado su transformación social- si, llevados a esa disyuntiva por el mismo proceso del trabajo a que se eduquen, lo estiman conveniente para el más fructífero desarrollo de la Economía; e idénticamente se federarán en el mismo sentido aquellos servicios cuya característica propenda a ello por facilitar las relaciones lógicas y necesarias entre todas las Comunas Libertarias (de la Península). Estimamos que con el tiempo la nueva sociedad conseguirá dotar a cada Comuna de todos los elementos agrícolas e industriales precisos a su autonomía, de acuerdo con el principio biológico que afirma que es más libre el hombre -en este caso la Comuna- que menos necesita de los demás. LAS COMUNAS LIBERTARIAS Y SU FUNCIONAMIENTO El individuo, la Comuna y la Federación. La administración será de manera absoluta de carácter comunal. La base de esta administración será, por consiguiente, la Comuna. Estas Comunas serán autónomas y estarán federadas regional y nacionalmente para la realización de los objetivos de carácter general. El derecho de autonomía no excluirá el deber de cumplir los acuerdos de convivencia colectiva, no compartidos por simples apreciaciones y que sean aceptadas en el fondo. Así, pues, una Comuna de consumidores sin limitación voluntaria, se comprometerá a acatar aquellas normas de carácter general que después de libre discusión hayan sido acordadas por mayoría. En cambio, aquellas Comunas que, refractarias a la industrialización, acuerden otras clases de convivencia, como por ejemplo las naturistas y desnudistas, tendrán derecho a una administración autónoma, desligada de los compromisos generales. Como estas Comunas naturistas-desnudistas, u otra clase de Comunas, no podrán satisfacer todas sus necesidades, por limitadas que éstas sean, sus delegados a los Congresos de la Confederación Ibérica de Comunas Autónomas Libertarias podrán concertar convenios económicos con las demás Comunas Agrícolas e Industriales. En conclusión proponemos: - La creación de la Comuna como entidad coordinación social general y administrativa. - La Comuna será autónoma, y confederada al resto de las Comunas. - Las Comunas se federarán comarcal y regionalmente, fijando a voluntad sus límites geográficos, cuando sea conveniente unir en una sola Comuna pueblos pequeños, aldeas y lugares. El conjunto de estas Comunas constituirá una Confederación Ibérica de Comunas Autónomas Libertarias. Para la función distributiva de la producción, y para que puedan nutrirse mejor las Comunas, podrán crearse aquellos órganos suplementarios encaminados a conseguirlo. Por ejemplo: un Consejo Confederal de Producción y Distribución, con representaciones directas de las Federaciones nacionales de Producción y del Congreso anual de Comunas. MISIÓN Y FUNCIONAMIENTO INTERNO DE LA COMUNA La Comuna deberá ocuparse de lo que interesa al individuo. Deberá cuidar de todos los trabajos de ordenación, arreglo y embellecimiento de la población. Del alojamiento de sus habitantes; de los artículos y productos puestos a su servicio por los Sindicatos o Asociaciones de productores. Se ocupará asimismo de la higiene, de la estadística comunal y de las necesidades colectivas, de la enseñanza, de los establecimientos sanitarios y de la conservación y perfeccionamiento de los medios locales de comunicación. Organizará las relaciones con las demás Comunas, y cuidará de estimular todas las actividades artísticas y culturales Para el buen cumplimiento de esta misión, se nombrará un Consejo Comunal, al cual serán agregados representantes de los Consejos de Cultivo, de Sanidad, de Cultura, de Distribución y de Producción y Estadística. El procedimiento de elección de los Consejos Comunales se determinará con arreglo a un sistema en el que establezcan las diferencias que aconsejen la densidad de población, teniendo en cuenta que tardará en descentralizar políticamente las metrópolis, constituyendo con ellas Federaciones de Comunas. Todos estos cargos no tendrán ningún carácter ejecutivo ni burocrático. Aparte los que desempeñen funciones técnicas o simplemente de estadística, los demás cumplirán asimismo su misión de productores, reuniéndose en sesiones al terminar la jornada de trabajo para discutir las cuestiones de detalle que no necesiten el refrendo de las asambleas comunales. Se celebrarán asambleas tantas veces como lo necesiten los intereses de la Comuna, a petición de los miembros del Consejo Comunal, o por la voluntad de los habitantes de cada una. RELACIONES E INTERCAMBIO DE PRODUCTOS Como ya hemos dicho, nuestra organización es de tipo federalista y asegura la libertad del individuo dentro de la agrupación y de la Comuna, la de las Comunas dentro de las Federaciones, y la de éstas en las Confederaciones. Vamos, pues, del individuo a la colectividad, asegurando sus derechos para conservar intangible el principio de libertad. Los habitantes de una Comuna discutirán entre sí sus problemas internos: producción, consumo, instrucción, higiene y cuanto sea necesario para el desenvolvimiento moral y económico de la misma. Cuando se trate de problemas que afecten a toda una comarca o provincia, han de ser las Federaciones quienes deliberen, y en las reuniones y asambleas que éstas celebren estarán representadas todas las comunas, cuyos delegados aportarán los puntos de vista previamente aprobados en ellas. Por ejemplo, si han de construir carreteras, ligando entre sí los pueblos de una comarca o asuntos de transporte e intercambio de productos entre las comarcas agrícolas e industriales, es natural que todas las Comunas expongan su criterio, ya que también han de prestar su concurso. En los asuntos de carácter regional, será la Federación Regional quien ponga en práctica los acuerdos, y éstos representarán la voluntad soberana de todos los habitantes de la región. Pues empezó en el individuo, pasó después a la Comuna, de ésta a la Federación y, por último, a la Confederación. De igual forma llegaremos a la discusión de todos los problemas de tipo nacional, ya que nuestros organismos se irán complementando entre sí. La organización nacional regulará las relaciones de carácter internacional, estando en contacto directo con el proletariado de los demás países, por intermedio de sus respectivos organismos, ligados como el nuestro a la Asociación Internacional de los Trabajadores. Para el intercambio de productos de Comuna a Comuna, los Consejos Comunales se pondrán en relación las Federaciones Regionales de Comunas y con el Consejo Confederal de Producción y Distribución, reclamando lo que les haga falta y ofreciendo lo que les sobre. Por medio de la red de relaciones establecidas entre las Comunas y los Consejos de Producción y Estadística, constituidos por las Federaciones Nacionales de Productores, queda resuelto y simplificado este problema. En lo que se refiere al aspecto comunal del mismo, bastarán las cartas de productor y/o productora extendidas por los Consejos de Taller y de Fábrica, dando derecho a que aquéll@s puedan adquirir lo necesario para cubrir todas sus necesidades. La carta de productor y/o constituye el principio de un signo de cambio, el cual quedará sujeto a estos dos elementos reguladores: 1- Primero, que sea intransferible; 2- Segundo, que se adopte un procedimiento mediante el cual en la carta se registre el valor del trabajo por unidades de jornada y este valor tenga el máximo de un año de validez para la adquisición de productos. A los elementos de la población pasiva serán los Consejos Comunales los que les facilitarán las cartas de consumo. Desde luego, no podemos sentar una norma absoluta. Debe respetarse la autonomía de las Comunas, las cuales, si lo creen conveniente, podrán establecer otro sistema de intercambio interior, siempre que estos nuevos sistemas no puedan lesionar, en ningún caso, los intereses de otras Comunas. DEBERES DEL INDIVIDUO PARA CON LA COLECTIVIDAD Y CONCEPTO DE LA JUSTICIA DISTRIBUTIVA El anarquismo es incompatible con todo régimen de corrección, hecho que implica la desaparición del actual sistema de justicia correccional, y por lo tanto, los instrumentos de castigo (cárceles, presidios, etc.) Conceptúa esta Ponencia que el determinismo social es la causa principal de los llamados delitos en el presente estado de cosas y, en consecuencia, desaparecidas las causas que originaban el delito, en la generalidad de los casos éste dejará de existir. Así pues, consideramos: 1º Que el ser humano no es malo por naturaleza, y que la delincuencia es resultado lógico del estado de injusticia social en que vivimos. 2º Que al cubrir sus necesidades, dándole también margen a una educación racional y humana, aquellas causas han de desaparecer. Por ello, entendemos que cuando el individuo falte al cumplimiento de sus deberes, tanto en el orden moral como en sus funciones de productor, serán las asambleas populares quienes, con un sentido armónico, den solución justa al caso. El Comunismo Libertario sentará, pues, su «acción correccional» sobre la Medicina y la Pedagogía, únicos preventivos a los cuales la ciencia moderna reconoce tal derecho. Cuando algún individuo, víctima de fenómenos patológicos, atente contra la armonía que ha de regir entre los hombres, la terapéutica pedagógica cuidará de curar su desequilibrio y estimular en él el sentido ético de responsabilidad social que una herencia insana le negó naturalmente. LA CUESTIÓN RELIGIOSA La religión, manifestación puramente subjetiva del ser humano, será reconocida en cuanto permanezca relegada al sagrario de la conciencia individual, pero en ningún caso podrá ser considerada como forma de ostentación pública ni de coacción moral ni intelectual. Los individuos serán libres para concebir cuantas ideas morales tengan por conveniente, desapareciendo todos los ritos. DEFENSA DE LA REVOLUCIÓN Admitimos la necesidad de la defensa de las conquistas realizadas por medio de la revolución. Es de suponer que el capitalismo de éstos no se resigne a verse desposeído de los intereses que en el curso del tiempo haya adquirido. Por lo tanto, mientras la revolución social no haya triunfado internacionalmente, se adoptarán las medidas necesarias para defender el nuevo régimen, ya sea contra el peligro de una invasión extranjera capitalista, antes señalado, ya para evitar la contrarrevolución en el interior del país. Un ejército permanente constituye el mayor peligro para la revolución, pues bajo su influencia se forjaría la dictadura que había de darle fatalmente el golpe de muerte. En los momentos de lucha, cuando las fuerzas del Estado, en su totalidad, o en parte, se unan al Pueblo, estas fuerzas organizadas prestarán su concurso en las calles para vencer a la burguesía. Dominada ésta, habrá terminado su labor. El Pueblo armado será la mayor garantía contra todo intento de restauración del régimen destruido por esfuerzos del interior o del exterior. Existen millares de trabajadores que han desfilado por los cuarteles y conocen la técnica militar moderna. Que cada Comuna tenga sus armamentos y elementos de defensa, ya que hasta consolidar definitivamente la revolución éstos no será destruidos para convertirlos en instrumentos de trabajo. Recomendamos la necesidad de la conservación de aviones, tanques, camiones blindados, ametralladoras y cañones antiaéreos, pues es en el aire donde reside el verdadero peligro de invasión extranjera capitalista. Si llega este momento, el Pueblo se movilizará rápidamente para hacer frente al enemigo, volviendo los productores a los sitios de trabajo tan pronto hayan cumplido su misión defensiva. En esta movilización general se comprenderá a todas las personas de ambos sexos aptas para la lucha y que se aprestan a ella desempeñando las múltiples misiones precisas en el combate. Los cuadros de defensa confederal, extendidos hasta los centros de producción, serán los auxiliares más valiosos para consolidar las conquistas de la revolución y capacitar a los componentes de ellos para las luchas que en defensa de la misma debamos sostener en grandes planos. Por tanto declaramos: 1º El desarme del capitalismo implica la entrega de las armas a las Comunas, que quedarán encargadas de su conservación y que cuidarán, en el plano nacional, de organizar eficazmente los medios defensivos 2º En el marco internacional, deberemos hacer intensa propaganda entre el proletariado de todos los países para que éstos eleven su protesta enérgica, declarando movimientos de carácter solidario frente a cualquier intento de invasión por parte de sus respectivos Gobiernos. Al mismo tiempo, nuestra Confederación Ibérica de Comunas Autónomas Libertarias ayudará, moral y materialmente, a tod@s l@s explotad@s del mundo, a libertarse para siempre de la monstruosa tutela del capitalismo y del Estado. Resumen del 4 congreso de la CNT-AIT

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La Safor CNT-AIT: La construcción de la Revolución. Resumen del IV C...: En el IV Congreso de la CNT-AIT, celebrado en mayo de 1936, la clase obrera organizada en la Península Ibérica ya definía claramente y sin...

la colmena obrera en memoria de juan peiró miembro de la c.n.t.-a.i.t f. a.i.y de todos los asesinados por el fascismo españolista..

LA PALABRA < AUTOGESTION< Y EL CONCEPTO QUE REPRESENTA,SON DE ORIGEN CLARAMENTE ANARQUISTA.

"La palabra «autogestión» y el concepto que representa, son de origen claramente anarquista. Más aún, durante casi un siglo ese concepto (que no la palabra) fue el santo y seña de los anarquistas dentro del vasto ámbito del movimiento socialista y obrero. Ninguna idea separó más tajantemente la concepción anarquista y la concepción marxista del socialismo en el seno de la Primera Internacional que la de la autogestión obrera. Pero en las últimas décadas, la idea y, sobre todo, la palabra, se han ido difundiendo fuera del campo anarquista, se han expandido en terrenos ideológicos muy ajenos al socialismo libertario y, por lo mismo, han perdido peso y densidad, se han diluido y trivializado. Hoy hablan de «autogestión» socialdemócratas y comunistas, demócratas cristianos y monárquicos. A veces se confunde la «autogestión» con la llamada «cogestión», en la cual los anarquistas no pueden menos que ver un truco burdo del neocapitalismo. A veces, se la vincula con la economía estatal y se la ubica en el marco jurídico-administrativo de un Estado, con democracia «popular» (Yugoslavia) o «representativa» (Israel, Suecia), etc. Una sombra de «autogestión» puede encontrarse inclusive en las «comunas campesinas» del mastodóntico imperio marxista-confuciano de China. Y no faltan tampoco rastros de la misma en regímenes militares (como el que se implantó en Perú en 1967) o en dictaduras islámico-populistas Pero la autogestión de la que hablan los anarquistas es la autogestión integral, que supone no sólo la toma de posesión de la tierra y los instrumentos de trabajo por parte de la comunidad laboral y la dirección económica y administrativa de la empresa en manos de la asamblea de los trabajadores, sino también la coordinación y, más todavía, la federación de las empresas (industriales, agrarias, de servicio, etc.) entre sí, primero a nivel local, después a nivel regional y nacional y, finalmente, como meta última, a nivel mundial. Si la autogestión se propone en forma parcial, si en ella interviene (aunque sea desde lejos y como mero supervisor) el Estado, si no tiende desde el primer momento a romper los moldes de la producción capitalista, deja enseguida de ser autogestión y se convierte, en el mejor de los casos, en cooperativismo pequeño-burgués". Angel J.Cappelletti de "La ideología anarquista" (1985)