sábado, 20 de noviembre de 2021

COMO ASESINARON A DURRUTI EN EL FRENTE DE MADRID

la colmena obrera en memoria de juan peiró miembro de la c.n.t.-a.i.t f. a.i.y de todos los asesinados por el fascismo españolista.. ASÍ MURIÓ DURRUTI. Asesinado por un disparo a quemarropa del sargento José Manzana. Trascripcion de una grabacion, publicada por MANUEL DURRUTI . Descripcion del asesinato y el autor. Pero ¿ Cómo era y vivió Durruti ? ''Durruti no podía ver a seres vivos encarcelados» José Buenaventura Durruti | Anarco-sindicalista y revolucionario. Hombre de acción y reflexión, comprometido y sensible frente a la injusticia, amado por sus seguidores y temido y odiado por sus enemigos Hace muchos años, durante la diáspora española en Alemania, vi un documental sobre el entierro de Buenaventura Durruti. El documental se había salvado gracias al celo de un empleado del archivo cinematográfico de Barcelona que no obedeció la orden dada por los franquistas de destrucción de todo el contenido archivístico de la CNT. Se llevó la grabación a su casa. Me estremeció escuchar lo que ya sabía: Buenaventura Durruti amaba a España, amaba a Cataluña. ¡Qué diferencia de comportamiento de este español que defendía nuestros intereses, y el de aquellos autodenominados nacionales que seguían las consignas de Berlín o de Roma! Entonces comprendí lo que aquella guerra fraticida supuso para el pueblo español: odio y ganas de exterminio, que los fascistas no ocultaban hacia mi familia. Basta recordar las palabras de Queipo de Llano, quien quería hacer una hoguera con todos los Durruti y exterminarlos hasta la raíz. José Buenaventura Durruti Domingo nació el 14 de julio de 1896, en el barrio de Santa Ana de León ciudad, en una época en la que se compraban los votos con raciones de escabeche, pan y vino. A edad temprana, Buenaventura junto con su hermano mayor Santiago, acudían a la escuela. A los 8 años observó la situación en la que se encontraban los viejos del Asilo de Ancianos Desamparados. Recogían colillas para poder fumar, un detalle que jamás olvidó. El asilo de ancianos estaba muy cerca de la escuela de don Ricardo Fanjul, y durante los recreos Buenaventura hablaba con ellos. Ahí aprendió que la mayoría de ellos, después de una vida de trabajo y de privaciones, si tenían suerte, terminaban en un asilo de la caridad. Se dice que Buenaventura comentó a don Ricardo Fanjul: don Ricardo, prefiero morir luchando que llegar a viejo en estas condiciones. Sensible a la situación de los ancianos, Buenaventura trabaja en una huerta que había cerca de los franciscanos. Con lo que gana, compra papel de fumar y tabaco para los ancianos. La sensibilidad, que le era innata ante las injusticias y las experiencias vividas en sus pocos años, le lleva a comprometerse contra la mentira y el engaño. Su madre, Anastasia, afirmaba de su hijo: personas así sólo nacen cada cien años y yo estoy orgullosa de ser la madre de uno. Pero, ¡cuantos sufrimientos llegarían para aquella mujer al ver a su hijo perseguido y calumniado! Ya en 1917 fue detenido por primera vez durante la huelga del ferrocarril. Una naturaleza, como la de Buenaventura, llena de alegría de vivir, comienza a darse cuenta de que está constantemente amenazada y que tiene que superar la situación con dominio de sí mismo y coraje. En 1919 toma contacto con los grupos anarcosindicalistas. Forma parte del grupo de Los Justicieros , cuya actividad se concentraba en San Sebastián y Zaragoza. A León no volvería hasta diciembre de 1931, al entierro de su padre. Se cuenta la anécdota de que abre la puerta de la jaula del jilguero de su hermano Santiago. Lo deja libre a la vez que dice: no puedo ver a seres vivos encarcelados. En Zaragoza conoce, en 1921, al que sería su amigo más íntimo: Francisco Ascaso. Choques de los sindicalistas con los terroristas de Maura llevan a la desestabilización del país. Maura es sustituido por Sánchez Guerra, quien restablece las garantías constitucionales. La CNT abre locales y comienzan las conversaciones sobre la II Internacional. Francisco Ascaso, que se encontraba encarcelado, es puesto en libertad y se reúne con Los Justicieros , Durruti y Escartín. Los cenetistas fundan Los solidarios para hacer frente al pistolerismo y al terrorismo de Martínez Anido. A este terrorismo respondió la CNT con la autodefensa. En el 1923, en un viaje de Barcelona a Madrid es detenido Durruti, por acusación de atraco a Mendizábal en San Sebastián. Estando en la cárcel de San Sebastián sucede el atentado al cardenal Soldevila en Zaragoza. Las calumnias continúan y el atentado es atribuido a Durruti. Cuando sale de la cárcel, con Ascaso, acuden a París y ambos toman contacto con los compañeros europeos de la U.A.C. (Unión Anarco-Comunista). Exponen el proyecto de montar una editorial, para editar la Enciclopedia Anarquista y literatura propia. Es una etapa en la que se instaló la dictadura de Primo de Rivera y Alfonso XIII traicionó su juramento de fidelidad a la Constitución. El proyecto, del año 1924, de provocar una revolución en España, con grupos armados de los exiliados españoles que debían entrar por los Pirineos fue un fracaso. Durruti que entra por Navarra, regresa a París. El gobierno español comienza una campaña de calumnias contra los refugiados en Francia. Al mismo tiempo se propaga el rumor de que las acciones de los anarquistas están organizadas por el propio gobierno español. En este ambiente, Durruti y Ascaso (Los Errantes) deciden viajar por América y recaudar fondos para la biblioteca y el Sindicato. En Cuba, donde residen parientes de los Durruti, incluso hay un pueblo con el mismo nombre: Durruty, se establecen durante un período largo. De estas fechas es la carta de Buenaventura a su familia en León. Entre otras cosas, escribe: «Mis ideas son profundas. Ellas han nacido en el seno de esta sociedad injusta. Ellas representan el amor y la libertad. Ellas son sólidas como el acero. Y ellas son las que me consuelan, porque tengo la convicción de que son buenas». Buenaventura renueva su ataque contra la miseria y el dinero como instrumento de opresión. De nuevo regresa a París. Un periodista de Le Quotidien! pregunta a Durruti: ¿Y ahora qué? La respuesta: «¡Ahora! Ahora hay que continuar la lucha con más fuerza». En la biblioteca anarquista de París conoce a Emilienne Morin, Mimi, la que sería su compañera. Ascaso, Jover y Durruti se refugian con nombres falsos de forma ilegal en Bélgica. Día y noche son seguidos por agentes belgas que les saludan por las mañanas: «bonjour, monsieur Durruti». Después del desastre de Anual, los contactos de oficiales del ejército con la CNT aumentan y buscan la colaboración para salir de la situación crítica y derrotista del gobierno. En esta época, el sindicalismo de la CNT es una fuerza sana que busca el bien del pueblo español. El desastre de la guerra de Marruecos avergüenza al ejército español y provoca descontento. Nuevamente es detenido Durruti y encarcelado durante 6 meses. Puesto en libertad, a finales del verano del 28, decide ir a Berlín, donde los anarquistas alemanes le acogen en la casa de Agustín Suchy. Éste narra que al regresar a casa oye el cantar de una voz varonil que repite el refrán francés: «C¿est le piston, piston, piston que fair marche la machine». Era Buenaventura Durruti. Regresa a Bruselas, donde trabaja como mecánico. Aquí se reúne con Mimi, de la que ya no se separará El 14 de abril del 1931 se proclama la República. Los españoles refugiados en diversos países europeos, llenos de ilusiones, regresan a España. Durruti y Ascaso toman, en Bélgica, el día 16 de abril un tren en dirección París. Los despidieron una muchedumbre en la estación. Regresaban a su querida España. Ya con la República, es detenido en Gerona por conspirar contra la monarquía, así de absurdo. Pienso que la verdadera razón fue por ser Durruti. En este mismo año, diciembre 1931, viaja a León junto con Ascaso al entierro de su padre. Dio un discurso en la plaza de toros de la ciudad. La CNT, desde su comienzo, actúa como salvaguardia de las familias campesinas y obreras, lucha contra el analfabetismo y el alcoholismo de grandes grupos sociales. La CNT vela por el buen comportamiento de sus militantes. El maltrato a la compañera o beber el dinero del jornal suponían la expulsión del sindicato, y con ello el aislamiento social del causante. La CNT era un refugio ético de la clase obrera. El sindicato crea bibliotecas y centros de alfabetización por toda España. Se enseña a leer y a escribir a los adultos. Después del trabajo diario y los días festivos, los sindicalistas dedicaban tiempo a trabajar por una sociedad más justa, mediante el apoyo material y moral de la militancia. En diciembre del 1931 nace su hija Colette, con la que se desvela en cuidados cuando la lucha sindical y el trabajo lo permiten. Esta hija fue una alegría para Buenaventura. Los trágicos días de Casas Viejas, en enero del 1933, aterrorizan a toda la gente de bien. Azaña permitió la orden de ni heridos ni prisioneros. El pueblo español pedía justicia, y esta lucha por la independencia sindical lleva a Durruti a sufrir detenciones. Pío Baroja le visita en la cárcel. La descripción que realizó de Durruti la dejó plasmada en su obra El cabo de las tormentas . En 1933, después de las elecciones de noviembre, los cenetistas lanzan la consigna: frente a las urnas, la revolución social. Los hechos se precipitan. En la revolución de octubre del 34 muere de un disparo, cerca del puente de San Marcos, su hermano Manuel Durruti. Buenaventura escribiría entonces a su madre intentando consolarla. Aquí comenzaba el dolor de una madre que lo llevaría como un luto hasta su muerte. Entre tanto, Asturias sufría gran represión. Este año mis padres, Benedicto y Felicitas, visitan a Buenaventura y hacen con él una excursión a las afueras de Barcelona. Al pasar por un viñedo mi madre comenzó a coger uvas. Buenaventura le reprendió y le dijo: «Feli, coge el racimo que vas a comer de prueba, esas uvas tienen dueño». El fruto del trabajo era sagrado para los anarquistas y nadie tenía derecho a robarlo. Durante esta visita, me cuenta mi madre, que acudió al sindicato, llegó un afiliado y dijó: «Durruti, estoy en el paro y no tengo nada para dar de comer a mis hijos». Durruti sacó el dinero que tenía en el bolsillo, y se lo dio. Él se quedó sin nada. Después comentó: «El sindicato ya comienza a funcionar». En el 1935 sucede una conversación con Pedro, el hermano falangista, y Buenaventura para proponerle, por encargo de José Antonio, un modelo italiano a la Mussolini. La respuesta de Buenaventura fue premonitoria: «¡ya verás qué pago te darán los fascistas!» Pedro fue fusilado en 22 de agosto del 37 por los falangistas de León Y acusado de conspiración. Como decía mi abuela Anastasia: «¡Una conspiración de un hombre sólo...!» En julio del 1936 estalla la sublevación militar. Ana María Martínez Sagi narra, como corresponsal, los momentos dramáticos que se viven en Barcelona. Describe muerto a Francisco Ascaso y a Durruti llorando lágrimas de rabia por la muerte de su amigo. Ordena que le aten a la espalda el cadáver del amigo. Con esta carga ataca el cuartel de Atarazanas. La lucha es encarniza hasta la rendición del cuartel. La toma del cuartel de Atarazanas significó la toma de Barcelona. Un momento difícil, y para Durruti lo más importante es aplastar la sublevación. En Cataluña comienzan a organizar las milicias libertarias, que partirían el 24 de julio del 1936 hacia el frente de Aragón. Llegan a las puertas de Zaragoza donde, por orden del gobierno, es parado el avance. Los anarquistas obedecen por la necesidad de la unidad en la lucha contra el fascio. Durruti ve los tranvías de Zaragoza cerca. Calla para no mermar la lucha de los confederados. En Bujaraloz establece el cuartel general de la Columna. Aquí comienza la etapa abundantemente descrita: ganar la guerra y hacer la revolución. Se inicia la colectivización de los medios de producción. Se crean las comunas libertarias. Nadie mejor describe esta etapa que su secretario, Mosén Jesús Arnal, el cura anarquista. Es aquí cuando se comprenden las declaraciones de Durruti al Toronto Star: «Llevamos un mundo nuevo en nuestros corazones». Durruti lucha por la organización de un ejército anarquista, cuya autoridad era solamente la convicción de que su lucha era justa y la obligación cumplida. Y en sus declaraciones a periodistas franceses les dice: «digan claramente en su crónica, digan en París, que nosotros nos batimos tanto por nosotros como por vosotros». Se crean las colectividades en Aragón. Se lucha contra la carencia de medios. El ánimo de Durruti no decrece. La cohesión de sus unidades, las proezas de sus hombres los hacen temidos y admirados por los sublevados. Ante la amenaza de los sublevados sobre Madrid, se decide enviar la Columna Durruti a Madrid. Durruti acepta, pues como él decía: se puede renunciar a todo menos a la victoria. El día 16 de noviembre llegaba la columna a Madrid; sin descanso entra en combate, en la Ciudad Universitaria, contra las tropas moras de los sublevados. Es una lucha cuerpo a cuerpo. Consiguen detener el avance y queda el frente estabilizado. El día 19 un disparo a quemarropa del «naranjero» que llevaba el sargento José Manzana, hería de muerte a Durruti. Moría en el Hotel Ritz, transformado en Hospital de los milicianos, sin auxilios médicos, sólo calmantes. Respecto de la muerte, el cura Jesús Arnal, tenía un secreto de confesión. El médico de la columna Santa María respondía: hay cosas que es mejor no saber. José Manzana, héroe de África con tres medallas, desapareció de escena al poco tiempo. La bandera rojinegra cubriría el ataúd que trasladó a Barcelona el cuerpo de Durriti. Desfiló por la ciudad, que había sido un tiempo la capital espiritual de una revolución, la más humana en aquella Europa fascista y hitleriana. Así moría también una utopía que nunca se haría realidad. Diario de Leon. Es TEXTO de MANUEL DURRUTI 20/06/2004